Vivimos en una época en la que parece que sentirse mal está prohibido.
“Sé fuerte”, “piensa en lo bueno”, “todo pasa por algo”… son frases que escuchamos con frecuencia, y aunque suenen amables, muchas veces solo nos alejan de lo que realmente necesitamos: permitirnos sentir.
El llamado positivismo forzado aparece cuando intentamos cubrir nuestras emociones con una sonrisa. Nos decimos que “no es para tanto”, que “hay que ser agradecidos”, mientras por dentro algo se siente fuera de lugar.
Y es que negar lo que sentimos no nos sana. Solo posterga el malestar y puede hacernos sentir aún peor: confundidos, culpables o incluso frustrados por no poder mantener esa felicidad que “se supone” deberíamos tener.
Algunas señales de que puedes estar forzando el optimismo
🌙 Te repites frases motivadoras que suenan vacías para ti.
🌙 Evitas hablar de lo que te duele por miedo a “ser una carga”.
🌙 Te juzgas por sentirte triste, cansado o sin energía.
🌙 Sientes que fallas cuando no puedes mantener una actitud positiva.
Lo que de verdad ayuda
No se trata de dejar de pensar en positivo, sino de darle espacio también a lo que duele.
El optimismo es valioso cuando nace del cuidado, no de la exigencia.
Aceptar tus emociones —todas, incluso las incómodas— es una forma de respeto hacia ti mismo.
Porque estar bien no significa no sentir dolor, sino poder acompañarte en él con compasión y sin juicios.
En Nagore García Psicología puedo ayudarte
Mi trabajo no consiste en enseñarte a “ser positivo”, sino en ayudarte a entender tus emociones, escucharlas y darles un lugar.
Desde ahí, podrás construir una relación más amable contigo y con lo que te pasa.
✨ Cuidarte no es forzarte a sonreír.
Cuidarte es darte permiso para sentir y sanar a tu propio ritmo.
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