¿Alguna vez has pensado… «Si no lo controlo yo, algo seguro saldrá mal?»

Quizás no lo digas en voz alta, pero dentro de ti hay una certeza:

  • Si no lo haces tú, no va a funcionar.
  • Si no supervisas todo, algo se romperá.
  • Si no tienes todo bajo control, no puedes relajarte.

Al principio, el control parece una manera lógica de mantener las cosas en orden. Pero con el tiempo, se convierte en una carga. Una carga agotadora.

🚫 El mito de tener todo bajo control

Queremos creer que controlar todo nos da seguridad. Nos asegura que las cosas van a salir bien, que los problemas no nos sorprenderán, que estaremos protegidos.

Pero el problema es que nunca es suficiente. Siempre hay algo más que prever, ajustar, vigilar. Y eso nos mantiene en un estado constante de tensión y ansiedad.

Lo llamamos «responsabilidad», pero a veces, en el fondo, es miedo. Miedo a que si no lo controlas, todo se derrumbe… o incluso que tú mismo te derrumbes.

🤔 ¿Por qué buscamos el control?

No es solo una cuestión de organización o perfección. La necesidad de tener el control a veces viene de:

  • Crecer en un entorno incierto o inestable.
  • Asumir responsabilidades desde una edad temprana.
  • Vivir situaciones donde el caos trajo consecuencias dolorosas.
  • Sentir que la calma es algo que no te puedes permitir.
  • Creer que si no lo haces todo perfectamente, decepcionas.

En realidad, el control es una forma de defendernos. De protegernos del miedo y de lo inesperado. Pero el problema surge cuando ese control se convierte en una cárcel emocional que nos impide vivir tranquilos.

⏳ Señales de que es hora de soltar (aunque te cueste)

Si te reconoces en estas señales, es posible que estés luchando con la necesidad de controlar todo:

  • Haces listas interminables, pero aún así no logras descansar.
  • La incertidumbre te genera incomodidad y no soportas que los planes cambien.
  • Prefieres hacer todo tú misma, «rápido y bien», antes que delegar.
  • Te angustia no saber qué va a pasar a continuación.
  • Te sientes frustrada cuando las cosas no salen tal como las habías planeado.
  • Te cuesta confiar en los demás, incluso cuando sabes que están capacitados para hacerlo.

Y lo más importante: aunque funcionas, no disfrutas del proceso, porque tu mente está constantemente ocupada.

✨ ¿Cómo empezar a soltar el control?

Aquí van algunas ideas que pueden ayudarte a comenzar:

  1. Escucha tus emociones: Antes de hablar o tomar decisiones, pregúntate, ¿qué siento? Reconocer tus emociones es el primer paso para gestionarlas.
  2. Valida lo que sientes: No tienes que justificarte por lo que sientes. Si algo te afecta, es completamente válido. No necesitas ser «fuerte» todo el tiempo.
  3. Busca el momento adecuado para expresarte: No siempre tienes que decirlo al instante. A veces, tomarte un tiempo para aclararte primero te ayuda a ser más precisa y tranquila.
  4. Habla desde tu experiencia: Usa frases como “Yo me sentí así cuando…” en vez de culpar a otros por lo que sucedió. Hablar desde tus emociones favorece una conversación más abierta.
  5. No te sobrecargues explicando: No necesitas dar una larga explicación. Simplemente comparte lo que sientes de manera clara.

🤝 Soltar no es rendirse, es confiar

No se trata de dejar que las cosas sucedan sin más. Se trata de permitirte vivir sin la necesidad de controlar todo, sin que eso te genere ansiedad.

Esto implica:

  • Reconocer que no puedes hacerlo todo tú sola.
  • Aceptar que cometer errores no te hace menos capaz ni peor persona.
  • Permitirte descansar aunque sientas que «todo» no está hecho.
  • Abrir espacio para lo inesperado, aunque te dé miedo.
  • Pedir ayuda sin sentir que estás fallando.

Soltar no es desorganizarse, es liberarte de la presión constante para poder respirar.

🌈 ¿Es posible aprender a soltar el control?

Sí, es posible. Pero no es algo que ocurra de un día para otro. Es un proceso de autocomprensión y autoaceptación. Requiere trabajo en tus límites, tu autoestima y, sobre todo, en tu seguridad interna.

Cuando encuentras paz dentro de ti, te das cuenta de que ya no necesitas controlar todo lo que sucede afuera.

En terapia, podemos trabajar juntos para ayudarte a soltar la necesidad de control y aprender a vivir con más calma, sin sentirte sobrepasada por la obligación de hacerlo todo.

En Nagore García Psicología ayudo a personas que se sienten atrapadas en la necesidad de controlar cada detalle de su vida, a liberarse de esa carga. Lo hago sin presiones, con mucha empatía y cuidado, porque entiendo que detrás de la necesidad de control, hay historias personales que necesitan ser escuchadas y sanadas.

Puedes empezar este proceso de manera presencial o desde donde estés, con sesiones online.

¿Estás list@ para empezar? 👉Reserva aquí tu primera sesión.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Puedes revisar en los siguientes enlaces la Política de Privacidad y Política de Cookies